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Activismo fronterizo: prácticas, traducciones e intersticios

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por Marcela Torres Heredia
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Marcha por el clima en Viena 2019. Foto: Marisel Orellana
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Marcha del 8 de marzo de 2021. Foto: Marisel Orellana
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El tránsito en espacios diversos, tanto lingüísticos de producción de pensamiento y accionar político es la experiencia que abordaré en este escrito. Busco señalar las intersecciones expresadas en las prácticas organizativas que personas migrantes organizadas realizan en el espacio geográfico-político en el que se encuentran, para este caso concreto se abordarán las experiencias de personas provenientes en su mayoría del espacio latinoamericano y del Caribe en la ciudad de Viena, Austria.

Este texto se enmarca en un ejercicio situado de reflexión del espacio en el que habito, pienso, siento, actuo e interactuo con una diversidad de discursos, prácticas, esquemas, estrategias y perspectivas de comprensión y acción en un contexto específico. Es, adicionalmente, una continuación de una práctica que considero pertinente y necesaria: comprender los procesos de organización política como lugares de producción de conocimiento, y como tal, es importante construir dispositivos de memoria capaces de dar cuenta de algunos de estos momentos, planteando dudas, reivindicando luchas, señalando ambigüedades, posibilidades o límites. Todo esto, no con la idea de poner un punto final a la discusión, al contrario, con la intensión explicita de generar insumos para ser discutidos, criticados, ampliados, complementados o transformados en los procesos de organización colectiva.

Activismo fronterizo

“Ofrecemos como propuesta revolucionaria las alianzas insólitas que hemos podido construir desbaratando con ellas todos los guiones atribuidos a nuestras identidades fosilizadas y cosificadas, identidades convertidas en muros separadores de amores y de pieles.”

Así como tú me quieres Yo no quiero ser de ti. Maria Galindo

La noción de activismo fronterizo se inspira en el planteamiento de Gloria Anzaldúa sobre la frontera (Anzaldúa, 1987), aquella que reflexiona sobre habitar “límites geopolíticos, transgresiones sexuales, dislocaciones sociales, y los cruces necesarios para existir en contextos lingüísticos y culturales múltiples” (Cantú & Hurtado 2012, 6. T. por la a.)1. Para Anzaldúa, la frontera funciona como una metáfora enunciadora de espacios donde coexisten diversos tipos de entrecruzamientos, mezclas o hibridaciones que suceden cuando heterogéneas influencias culturales, sistemas sociales y perspectivas de habitar el mundo, confluyen. Anzaldúa retoma su lugar de socialización como fuente de reflexión, ese espacio chicano ubicado en la frontera entre México y Estados Unidos. Allí donde conviven diversos idiomas, experiencias gastronómicas, formas de espiritualidad e interacción con el mundo. En ese espacio se dan a su vez nuevas experiencias sociales amalgamadas. Las interacciones que allí se originan dan cuenta de la contingencia de los arreglos y las categorías sociales, ya que son construidas, negociadas, hechas y rehechas en la interacción social. Estas, sin embargo, no coexisten de forma equitativa u horizontal. Las formas de vida dominante buscan imponerse como norma única mediante diversos mecanismos, estos violentos.

En la frontera se evidencian jerarquías y exclusiones, allí los sistemas sociales de opresión también se entrecruzan, afectando de forma particularmente intensa a ciertos cuerpos “las mujeres, los homosexuales, los de piel oscura, los parias, los perseguidos, los marginados, los extranjeros” (Anzaldúa 2012, 60. T. por la a). Son los cuerpos que no ingresan en las normas binarias de los sistemas de clasificación y jerarquización; aquellos que desafían las monoculturas impregnadas de imaginarios nacionales dominantes, los que impiden a la disidencia política, sexual, de pensamiento; aquellos que sufren formas de exclusión económica; aquellos que cruzan las fronteras nacionales convirtiéndose en extranjeros en formas inequitativas de existencia. Son estos cuerpos justamente los que desde la perspectiva de Anzaldúa pueden desarrollar la habilidad de ver en la profundidad de las realidades: “aquellos que son expulsados de la tribu por ser diferentes tienden a sensibilizarse más (cuando no a brutalizarse hasta la insensibilidad)” (Ibíd, 60. T. por la a).

Así pues, la facultad de habitar la frontera radica en poder maniobrar entre estos diversos sistemas sociales, de entender las experiencias, los códigos y el conocimiento de un lado, viviendo al otro. Al tiempo, aprendiendo del entorno que se habita, dando paso a estrategias, dudas, procesos de traducciones, negociaciones, negaciones, rebeldías. Es, en definitiva, un espacio de producción de conocimiento, uno que no está ausente de contradicciones y conflictos. Así lo enfatiza una y otra vez Anzaldúa: habitar la posición fronteriza es un ejercicio cargado de demandas y vulnerabilidades de diverso tipo.

Aquella facultad que señala Anzaldúa no es únicamente la idea de navegar a la deriva entre construcciones sociales diversas. La conciencia mestiza implica una idea orientadora, una que gira en torno a la lucha contra formas materiales concretas de opresión, contra las violencias dominantes, es una contra-tendencia que “refuta los puntos de vista y creencias de la cultura dominante, y, por ello, se muestra orgullosamente desafiante" (Anzaldúa, 2012, 100. T. por la a). Es una búsqueda de superar los horizontes únicos mediante estrategias diversas. En la frontera, la retórica emancipadora de la modernidad se redefine y se expande a partir de las experiencias y epistemologías de sujetes que se ubican en las bifurcaciones. Ramón Grosfoguel, comprendería el pensamiento fronterizo, no como un fundamentalismo antimoderno, sino una respuesta transmoderna descolonial del subalterno a la modernidad eurocéntrica (Grosfoguel 2007, 39).

Es en la generación de contra tendencias, donde se abre paso el activismo fronterizo, en la confluencia de experiencias y opresiones, aquellas que permiten la creación de espacios de articulación capaces de habilitar resistencias múltiples, en los cuales es posible “identificar y revelar formas de opresión, posicionalidades y relaciones de tensión, además permiten trazar líneas de conexión” (Biwi Kefempom 2023, 57. T. por la a.). El activismo fronterizo es por tanto un proceso de construcción colectiva, mediante la generación de espacios que permiten aplicar, ampliar, adaptar y generar estrategias y narrativas políticas en distintos contextos para combatir los enmarañados efectos de los sistemas de opresión.

Si bien se acude a hablar de la frontera como espacio de construcción de conocimiento y acción, esta no es pensada o reducida al lugar geográfico fronterizo entre Estados nacionales. Se refiere más bien a una descripción metafórica de las operaciones y formas de construir acciones políticas concretas, en espacios de confluencia, como respuesta a diversos sistemas de desigualdad. Habitar la frontera, en un ámbito activista, es coexistir en diferentes contextos políticos, traduciendo, mezclando y posicionándose en las influencias de los horizontes de pensamiento y acción a escala internacional, mediante el desarrollo de estrategias a escala local, contextualizando los mensajes, los análisis y las alianzas. Estos son procesos organizativos, cada vez más presentes en diversos contextos, los cuales buscan la generación de prácticas y discursos que cuestionan el sistema capitalista, colonial y patriarcal.

El activismo fronterizo hace hincapié en los múltiples espacios de imbricación que se producen en los procesos de organización político-activista. Estas interconexiones se sitúan a distintos niveles y son potenciados por los procesos de movilidad y tránsito globales en los que les sujetes se desplazan a través de diversas ubicaciones geográficas, llevando consigo una serie de experiencias, estrategias organizativas y horizontes políticos. Son estas experiencias translocalizadas2 las que se activan en el activismo fronterizo.

Este tránsito y comunicación fomenta diálogos y negociaciones entre diferentes perspectivas políticas y epistemológicas. El activismo fronterizo de las comunidades de Latinoamérica y el Caribe en Viena se plantea desde elementos político-teóricos relevantes generados desde aquel espacio político y epistémico denominado Sur Global, ya que estos estos se presentan como marcos productivos, útiles y necesarios para comprenden las dinámicas globales y sus mecanismos de desposesión y segregación. De esta manera, se ponen de relieve las luchas contra el extractivismo, la degradación medioambiental, las luchas en contra de regímenes producto de la colonialidad y el patriarcado, así como los retos y avances de las fuerzas de transformación social.

Los ejercicios del activismo fronterizo se mueven en múltiples niveles de comunicación y por ello deben emprender diferentes esfuerzos de traducción. Suceden en las conversiones idiomáticas de los universos lingüísticos que se habitan. Para la experiencia concreta que describo, estos idiomas van desde el español, portugués, portuñol, alemán, inglés, entre los otros idiomas que pueden ser hablados a la hora de confluir en acciones conjuntas. Las traducciones van dadas también a nivel discursivo: comprender de qué manera debates generados en el análisis y la comprensión de las desigualdades en contextos particulares, pueden ser usados para entender las continuidades, así como las especificidades de otros espacios históricos, materiales y políticos. Otro nivel fronterizo de traducción se genera en las intersecciones entre el activismo, la academia y las biografías personales. Estas son diversas facetas de la vida social en los que el activismo fronterizo se manifiesta. Finalmente, una siguiente esfera de traducción y negociación se suma cuando incursiona el elemento performático en la escena, como propuestas de expresión del cuerpo de diversos elementos discursivos y simbólicos, puestos de manifiesto no solo en las acciones corporales, sino en la serie de elementos simbólicos como máscaras, trajes particulares, pañuelos con mensajes y contenidos implícitos y explicitos que los acompañan.

Estas transiciones no están exentas de conflictos, ya que están relacionadas con la construcción y transgresión de fronteras coloniales, geopolíticas, político-obreras, mentales, ideológicas, emocionales organizativas y lingüísticas. Quienes se mueven en el activismo fronterizo están presentes entre acontecimientos que configuran el espacio que habitan y otros espacios geográfico-políticos que conforman el panorama de vivencias entrecruzadas que se vive. En esos intersticios, la relación de los conocimientos es compleja, ya que tienen lugar operaciones de clasificación y jerarquización de los conocimientos. Ubicando a unos como pertinentes y relevantes, mientras otros son descartados de las perspectivas interprersonales y de los espacios de conformación política Al mismo tiempo, las estrategias de supervivencia para hacer frente a las condiciones personales creadas por la movilidad, constituye un ámbito que absorbe muchas de los recursos de quienes migran

La expansión del ciberactivismo y las posibilidades de trabajo en red que se derivan del uso de internet es un potenciador de estas acciones, ya que algunas de ellas suceden de forma coordinada en contextos internacionales o son posibles de ser conectadas, comunicadas y coordinadas por medio de las redes sociales. Al mismo tiempo estas plataformas de comunicación son el marco en el cual se articulan y comunican las formas organizativas a nivel local.

El proceso de generar estrategias organizativas que cuentan con sujetos de acción a la población migrante latinoamericana obedece a diversas motivaciones. Una muy importante se encamina a incentivar procesos de fortalecimiento comunitarios. El enfoque de Donna Haraway al referirse al Chthuluceno (Haraway, 2015, S. 163–164) puede ser un marco para comprender este objetivo en un contexto de migración. Con el Chthuluceno, Haraway plantea la idea de expandir las nociones de relaciones de parentesco, extendiéndolas a seres humanos y no humanos. Con ello, se apunta a fortalecer los vínculos que unen a diversos actores sociales, permitiendo al tiempo una ampliación de la imaginación y capacidad organizativa.

Otra motivación fundamental de las acciones organizativas es resquebrajar los mecanismos de invisibilidad, generando estrategias enfocadas a hacer uso del espacio público, reclamando las calles de Viena como una tribuna para los mensajes que se busca fortalecer. Estos elementos se basan en ejercicios de exploración de ecologías sobre prácticas y estrategias organizativas, así como de genealogías de saberes situados desde el Sur Global. De esta manera, se busca transmitir mensajes desde tradiciones de pensamiento latinoamericano y del Caribe en las que se entremezclan la reivindicación de las luchas populares, los planteamientos de feminismos desde el sur (feminismos comunitarios, territoriales, afro-caribeños, entre otros), postulaciones desarrolladas a partir de la crítica descolonial, combinando con luchas por la defensa de los territorios, la lucha por la defensa de la vida, el Buen Vivir y los comunes.

Tales genealogías de pensamiento impregnan acciones de toma del espacio público en el que se privilegian estrategias políticas generadas y acumuladas en repertorios políticos derivados de movilizaciones de las diversas geografía de proveniencia, tales como la politización de las violencias y la lucha contra formas de posiciones desiguales de poder y discriminacióno expresadas en crímenes como los femi(ni)cidios3 o transfemi(ni)cidios; las luchas en defensa de los territorios, expresada en la denuncia de los ecocidios, el extractivismo y los crímenes que afectan a las y los lideres socioambientales y sociales o comunidades rurales, indígenas y afrodescendientes, y la exigencia de paz con justicia social.

Una siguiente motivación es contribuir a la “la construcción de una razón política alternativa” (Merlinsky & Serafini 2019, 82) en la que sea posible pasar de la resistencia defensiva al poder a la proposición y producción de nuevas ideas, capaces de alterar las diversas lógicas estructurales que permiten las exclusiones no solo en un contexto migrante, sino en las relaciones entre el Norte y el Sur Global, proponiendo “nuevas ideas y nuevas reglas para mejorar la calidad de vida de organismos humanos y no humanos” (Ibíd, 82).

A modo de cierre

Estas acciones buscan romper, con las estructuras (neo)coloniales, patriarcales y racistas, así como resquebrajar los diversos regímenes de invisibilidad, desafíar escencialismos de posicionamientos rígidos, articular discursos y prácticas en geografías diferentes, conectar diversas esferas de activismo en diversos contextos, al tiempo que buscan expandir la imaginación política, construyendo lazos de solidaridad trans-sectorial e internacional. Tal trabajo de creación política implica ejercicios de aprendizaje y desaprendizaje, así como de cuidados y desafíos a las lógicas de individualización. Al tiempo son posibilidades de relacionamiento con el territorio que se habita, desarrollando formas de territorialización de las luchas para comunidades en espacios políticos que buscan ignorarles. Finalmente es un esfuerzo por desbaratar la ideología la ideología y la hegemonía del pensamiento europeo que pretende ser y se impone como excepcional, mediante los ejercicios de ecologías de genealogías de saberes desde el Sur Global.

En estos espacios de confluencias de cargas geográficas y políticas, estrategias organizativas y performáticas, emergen espacios de problematización de diversos ejes de opresión. Para ello se generan prácticas de politización localizadas. A las operaciones que dan paso a estas acciones es lo que se denomina en este texto como activismo fronterizo. Hacer activismo en espacios fronterizos de confluencias ha ganado fuerza en diversas geografías del Norte Global, la forma como estos ejercicios localizados se conectan e influencian en diversos ámbitos, así como el impacto tanto local como internacional de estas prácticas no es abordado en este artículo, este ámbito constituye un espacio a ser explorado de manera más amplia en subsecuentes reflexiones.

Notas al pie

1 La abreviatura t. por la a. se emplea para designar: traducción por la autora.

2 Algunos estudios de translocalización sugieren la idea de este como un proceso de desanclaje de un contexto inicial, sea este cultural o territorial nacional) así como un reanclaje, reacomodamientos y reinvenciones en territorios lejanos a través del establecimiento diversos puentes (Argyriadis et al. 2008; Gunderman et al. 2009).

3 Las discusiones alrededor del concepto feminicidio y/o femicidio han ganado relevancia en el mundo germanoparlante desde hace algunos años, generando propuestas de escritura como esta: femi(ni)cidio. El paréntesis alrededor de la silaba ni, busca reconocer y dar visibilidad a diversas genealogías y debates alrededor de este concepto. Al tiempo, da cuenta de la posibilidad ampliable, transformable y disputable del término, dependiendo del contexto político y social en el cual es empleado. El uso político del término ha contribuido a articular diversos movimientos feministas y luchas colectivas contra la violencia patriarcal alrededor del mundo. En Viena, concretamente esta politización se ha articulado en la alianza Claim the Space, inspirándose en diversos debates y prácticas del espacio latinoamericano, mediante una serie de ejercicios situados y en contexto en un ámbito de articulación de activismo fronterizo (Biwi Kefempom 2023).

Literatura

Anzaldúa, G. (1987). Borderlands / La Frontera: The New Mestiza (1st Aufl.). Aunt Lute Books.

Biwi Kefempom. (2023). Femi(ni)zide. Kollektiv patriarchale Gewalt bekämpfen. Verbrecher Verlag. https://www.verbrecherverlag.de/book/detail/1111

Grosfoguel, R. (2007). The epistemic decolonial turn: Beyond political-economy paradigms. Cultural Studies, 21(2–3), 211–223. https://doi.org/10.1080/09502380601162514

Haraway, D. (2015). Anthropocene, Capitalocene, Plantationocene, Chthulucene: Making Kin. Environmental Humanities, 6(1), 159–165. https://doi.org/10.1215/22011919-3615934

Merlinsky, G., & Serafini, P. (2019). Arte y resistencias al extractivismo en Argentina. Lenguajes para defender y reinventar lo común. In Ecología Política (S. 81–85). https://www.ecologiapolitica.info/arte-y-resistencias-al-extractivismo-en-argentina-lenguajes-para-defender-y-reinventar-lo-comun/

Marcela Torres HerediaSeit ihrer Ankunft in Wien im Jahr 2012 ist sie an verschiedenen kollektiven Initiativen beteiligt, in denen sich Forschung, Vermittlungspraxen und Aktivismus überschneiden. Ungleichheiten in Bezug auf die Produktion und Reproduktion von Wissen, die Rolle von Wissen und sozioökologische Konflikte, soziale Ungleichheit, Feminismen des Südens und Intersektionalität sind ihre Schwerpunkte.